El valor no es una cualidad innata, una persona la gana a lo largo de su vida, haciendo una elección moral: rendirse a la gracia para temerla o superarla. Es imposible nacer con coraje en el pecho, porque la vida establece prioridades de diferentes maneras: alguien enfrentará algo que nadie ha encontrado, y será difícil en ese momento recordar si el corazón está dotado de coraje. En esos momentos, se verifica la madurez moral de una persona, y no el pedigrí. Mis palabras son fáciles de encontrar confirmación en la literatura.
En la historia de Garshin "Cobarde", el héroe tiene miedo de ir a la guerra, porque teme que su vida se corte en vano, y nadie se dará cuenta de la pérdida, leyendo con fluidez la lista de víctimas en el periódico. No quería formar parte de esa columna en blanco y negro sin rostro, estaba abrumado por la comprensión de la falta de sentido de tal fin. Ansiaba hacer algo más, pero, por supuesto, su profundo miedo a la inutilidad de ser se atribuía al instinto banal de la autoconservación. Como resultado, el héroe pudo superarse e ir a la batalla, aunque murió, como cientos de sus compatriotas. Pero estaba seguro de haber puesto su fuerza en el gran objetivo: la salvación de la patria. No nació como un temerario, sino que se convirtió en él, dándose cuenta de la necesidad de coraje.
En el poema de Twardowski "Vasily Terkin", el héroe tampoco nació como un temerario: era un chico de pueblo común que cayó en guerra. Esto explica su fenomenal sentido del humor. Nunca desalienta y siempre bromea, incluso cuando hace cosas serias, arriesgándose a sí mismo. Por ejemplo, en el capítulo "Cruce", cruza un río de hielo bajo el bombardeo del enemigo para entregar información importante al comando sobre la posición de las tropas en el otro lado. Tan pronto como se logra el objetivo, el hombre valiente niega todo el patetismo de su hazaña: le pide que le sirva alcohol y no gaste la bebida en frotar el cuerpo congelado. Vasily se convirtió en tal en el frente, aunque no podía pensar que había nacido para valientes conquistas. Fue solo que la vida cambió, y él hizo su elección a favor del camino del honor, en lugar de la traición, es decir, cumplió honestamente su deber.
Por lo tanto, los temerarios no nacen, sino que se forman en el proceso de la vida. El valor es una medida de madurez moral, conciencia y honor, y no una cualidad innata como la belleza o una voz sonora. Las personas levantan coraje en sí mismas, pero no lo descubren sin motivo.